¿Donde van las ilusiones perdidas?




                                                                      Mientras escribo escucho 

  
Hola,  Estoy aquí, tranquila, sola sin prisas, sin miedos a que me sorprendan en mi más pura intimidad, escribiendo esto para ti y es agradable, es dulce como el canto de una sirena, estoy escuchando una música de esas que me relajan y me inspiran, así que seguramente algo saldrá que no es lo habitual, que sólo sale cuando tienes el momento oportuno, cuando nada ni nadie interrumpe la delicia del momento. Sólo la música, el teclado y el destinatario de este correo. Nada más existe. 
Me alegro de que hayas ido hasta el lago...mucho. No sabía que hacía tanto que no ibas. No me lo cuentas, no quieres preocupar a nadie, lo sé.
 Cuando nuestro ánimo no es el mejor,  ya sabes que vemos las cosas bajo un color que no es el real, quiero creerlo, y además lo sé. No quiero añadir nada, porque por más que busque la manera, siempre las palabras se quedan cortas, son a veces vanas, y no ayudan lo que una quisiera. Lo importante ya lo sabes...Estoy aquí aunque no pueda servir de mucho. 

Hay una tristeza amagada en esto que relatas sobre el telar que realizaste y que después ni salió ni se agradeció. Hay tanto en el pasado, hay tantas preguntas que uno se hace y que no tienen respuesta Una vez en casa, recuerdo que me preguntaste: ¿Donde van las ilusiones perdidas? derivamos hacia no sé qué, y esta pregunta quedó sin respuesta.
Tampoco la tengo ahora. No lo sé, supongo que estarán en el mismo sitio donde van los besos que no se dieron, o los “te quiero” que no se dijeron. Pero hay una diferencia importante, las ilusiones, son eso, ilusiones que no podemos evitar tener, aunque sepamos que es muy posible que no pasen de ser eso "ilusiones".

No pasa lo mismo con los besos que no se dieron o con los te quiero que no dijimos: a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros amigos. Esto sí lo podemos hacer...no lo dejemos en un "mañana" lo diré.
Cuando dices "te quiero”, cuando das un beso, un abrazo con el corazón, repercute en uno mismo. Da igual, como lo reciba el otro, la satisfacción está en el hecho en sí, tiene un poder curativo. Por eso yo te doy este abrazo y este beso con todo mi respeto y mi cariño, infinito, amigo mío...

Hasta luego...

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