¿Por qué has tenido que ser mala?




El día había llegado: Llevaba tiempo planificándolo y por fin se le presentaba una magnífica oportunidad para llevar a cabo sus planes. ¿Desde cuándo esperaba aquella ocasión? Hacía mucho, mucho tiempo. Hoy las circunstancias propiciadas por él le conducían a la tan deseada libertad. Miró a través de la ventana, el día era magnífico. Pronto llegarían los invitados con sus hijos para participar en aquella especie de competición que había organizado con el sólo fin de perpetrar su crimen. Sí, su crimen. Era consciente de que iba a matar y matar a su esposa; la madre de sus dos hijos. 

El hombre de mediana edad de cabello blanco en las sienes, aún con el pijama puesto, miraba a través del ventanal la piscina que con tanto esfuerzo había podido construir en el jardín.
¿Cuándo empezó aquella idea a abrirse paso en su cabeza? No lo recordaba. ¡Hacía tanto! Desde que se enteró que su mujer le había sido infiel. Es cierto, pensaba, que aquello pasó y aparentemente quedó aclarado y zanjado. Pero eso sólo era lo que él dejaba entrever. En realidad nunca perdonó. Quizás debería haberlo hecho, él no era un dechado de perfecciones. Quizás su mujer se sintió muy sóla, abandonada...Hizo en gesto con la mano derecha como espantando aquellos pensamientos que interferían en su decisión. No! No había excusa. Ya estaba más que pensado. No daría marcha atrás.

Pensaba en el dolor que durante tanto tiempo sufría. No podía librarse de los celos que le comían por dentro. Había sabido engañar a todo el mundo. Su matrimonio era el matrimonio perfecto. Siempre juntos a todas partes, solícitos el uno hacia el otro compartiendo todo, todo. Pero no, no era así; cuando llegaba la noche y la oscuridad era su cómplice dejaba ir la tensión acumulada durante la jornada. Miraba a su esposa durmiendo y tenía que hacer un esfuerzo para no estrangularla. ¡¡Nooo!! Aquella no era la manera -se decía- ya llegará tu oportunidad. Y luego tenía que conformar a aquellas personas amigas, aquellas voces que le decían que lo hiciera ya! ¿A qué esperas? ¿No ves que es una puta? Las putas han de morir. ¡¡Mátala, mátala!! Entonces con gran esfuerzo se enfrentaba con ellas y les decía que no era el momento, que tuvieran paciencia, que llegaría la ocasión. Y la ocasión había llegado.

Llegaron poco a poco los invitados. El día era perfecto, los niños reían como locos en el jardín; mientras, en su cabeza sólo había una cosa... 
Todo estaba listo. Pediría a uno de sus amigos que le acompañara a buscar a su esposa que se estaba retrasando. Ambos subieron al piso superior. La puerta de la habitación de ella estaba entreabierta. Entraron sin llamar y lo que apareció ante sus ojos les dejó helados. Ella se encontraba colgando del techo con una cuerda alrededor de su cuello, los ojos desorbitados y un espantoso pedazo de lengua colgaba de su boca.
Un suicidio. Parecía enteramente un suicidio. Había triunfado. Sin embargo mientras la observaba, no dejaba de preguntarse mentalmente: ¿Por qué has tenido que ser mala? ¿Por qué, por qué?

Llamaron a la policía y esperaron a que llegara el forense para bajar el cuerpo. Nadie entendía nada,. ¿Qué motivos podía tener para suicidarse? Era el resultado de la autopsia que le practicaron: Suicidio.
Todo ha salido a la perfección, se decía. Las voces amigas le habían dicho cómo proceder para no dejar la más mínima huella de que aquello era un asesinato, no un suicidio.
Ahora después de algún tiempo, volvían a la carga, no le dejaban en paz. Ahora le decían que aquellos niños, sus niños, también debían ser sacrificados, eran los hijos de una puta asquerosa.  

Montse G.

Comentaris

Entrades populars