Hola Franc!

 


Aunque no sepas leer esta carta y menos comprenderla, es mi deseo comunicarte lo mucho que te quiero.

Cierto es que eres diferente, pero de eso no desprende mi tristeza. Yo te quiero y acepto tal como eres, si tu situación requiere que recibas de nosotros todo nuestro tiempo es que el destino ha decidido que luchamos juntos, y tal vez, nunca separarnos.


Mi tristeza no es por ti, es por mi egoísmo y vanidad, que yo afirmo que mi mundo es real y el tuyo el equivocado. No soy capaz de reconocer las cosas de otra forma que no sea de la manera que me enseñaron mis padres, no entender el afecto si no es con abrazos y gestos de amor. Soy egoísta porque te hago luchar para ser como yo, donde te obligo a quererme de la única manera que mi pobre mente puede entender, que te comuniques conmigo utilizando mi lenguaje.


 ¡Qué ignorante soy! Si fuera otra época, otro lugar, otra sociedad, posiblemente el normal serías tu y yo el del problema. Mi tristeza, Franc, es porque me esfuerzo tanto en acercarte a mi mundo que olvido compartir contigo estos tiempos maravillosos que disfrutábamos juntos antes de que te diagnosticaran… ¿autista?

Mi mayor tristeza es porque siempre tratas de quererme y en tu silencio o en tus gritos, tus ojos brillan al verme. Yo, en cambio, no sé quererte de manera para que tu me entiendas. El mundo que vivimos te cataloga como alguien que requiere atención y es por eso que deberás seguir luchando para ser… Normal?, pero con el corazón en la mano te digo: Yo lucharé contigo y aprenderé a conocer tu mundo y disfrutarlo. 


Tus regresiones serán nuestra hora de recreo donde podamos jugar y disfrutar mutuamente, como siempre lo hemos hecho. Te quiero, Franc. Estoy seguro de que en un futuro cercano, encontraremos el punto medio de nuestros dos mundos y aprenderemos cada quien a vivir lo mejor de cada uno.

Un beso.

Josep.

 


Comentaris

Entrades populars