El baile




Bailo constantemente. De manera acelerada, con suavidad, con pasión, con ternura ... Momentos que bailo con dolor y otros con alegría desmedida.

Bailo sin tener ni la más remota idea de pasos ni expresión corporal, pero aun así hay una fuerza interior que supera cualquier desconocimiento.

Y es que el baile puede ser eléctrico y sorprendente, misterioso, inesperado ... Como la vida misma.


Hacer pasos de baile con tantas y tantas personas con las que me encuentro a lo largo del día, personas queridas y con quien solamente conozco de manera superficial, con quien me abrazo imperiosamente porque me une un lazo afectivo poderoso y con quien quiero unos instantes de acercamiento humano y de conocimiento.


No es posible bailar solo en el baile de la vida.


Necesito parejas con quien abrazar sentimientos y tristezas, alegrías y esperanzas hacia el día siguiente. La metáfora danzante es tan cierta como la necesidad de los demás para vivir, y es que el baile no se detiene ... Con tantos sentimientos para dar y recibir solamente puedo compararlo con un baile eterno y ferviente.


Desde hace un tiempo muchas cosas han cambiado a mi alrededor. La pandemia que hemos vivido parece haber dejado un rastro de intensas vivencias.

Familias con dificultades en salir adelante por motivos económicos, incertidumbre, preocupación por el futuro, salud ... Etapas de la vida donde la fortaleza y esperanza son vitales para sobrevivir.

No puedo detenerme. Me necesitan y me necesito a mí mismo para volver a levantarme.


"Yo la vida la bailo contigo ... Y con quien me necesita ..." Por qué en definitiva este baile es de todos, y no puedo imaginar una existencia solitaria y vacía.

En el baile de la vida acojo a las personas que amo como verdaderos tesoros e intento danzar plácidamente para dar soporte y ayuda a quien me necesita, a quien yo necesito.


Quizás crecer significa madurar en empatía y compasión hacia los demás, y conmoverte en sus contrariedades.

Este es el baile más fascinante ... la vida misma.

Quizás ni siquiera sabíamos lo que estábamos capaces, y este baile eterno y ferviente nos lo demuestra a cada instante.


Las alegorías son conceptos artísticos, filosóficos y literarios que consisten en la representación de un significado ficticio o real. Imaginemos nuestra existencia donde la sorpresa y lo inesperado nos transporten a la verdadera razón de vivir, hacemos que ningún baile detenga aunque nos pese. La alegórica figuración vive en mi imaginación ayudándome a ser mejor ser humano.

Esta vida la bailo con muchas personas ... Contigo también.

¡Qué nunca se detenga la música!


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