OBJETOS PERDIDOS
Este pasado viernes,
después de la analítica, fui a ir a saludar a Natalia, la secretaria. Está
embarazada. Observo que hay una caja grande de plástico trasparente arriba de
una estantería. Dice: "Objetos Perdidos", y dentro hay un paraguas.
Me hizo gracia, pero al cabo de un rato recordé un caso que me
pasó hace muchos años.
El último día de agosto,
estábamos mi hijo cuanto era pequeño, Enric, esperando que abrieran la
comisaria de la calle Santaló, aquí Barcelona, para renovar mi DNI, y observo
que el niño está jugando con el sobre de una carta, en el suelo.
Lo iba chutando de un lugar a otro, hasta que lo dejó tirado justo
donde estaba yo. Voy a recoger el sobre para tirarlo a la papelera y enseñarle
que no había de ensuciar la calle y que él tenía que hacer lo mismo que yo,
poner los papeles en aquel lugar. Cuál sería mi sorpresa cuando veo que dentro
del sobre había dinero.
Cuando me agacho para
recogerlo me encuentro con la bota del policía que controlaba la puerta de
entrada y la cola de gente que esperaba turno. Él había visto lo mismo que yo.
En aquel sobre había 5000 pesetas. Solo dinero, sin nombre ni dirección.
Se hace el silencio
entre los dos. Al final lo rompo yo.
—A quin lloc puc tornar aquest sobre?
–y se lo enseño
—¿Cómo?
—Le estoy
preguntando que donde puedo dejar este dinero, es para devolverlo.
Me indicó que
subiera al primer piso para entregarlo al señor comisario. Supongo que no se
fio de mí, porque vi que venía detrás de mí. Subimos ambos en las oficinas del
primer piso y entregué el dinero. El comisario alucinado por la acción tan
cívica indicó que nos hicieran un papel de buena conducta a mi hijo y a mí, ¡y
en seguida!, también con la amable recomendación que otra vez que me encuentre
algo no lo lleve a una comisaría sino a objetos Perdidos del Ayuntamiento, y
que al cabo de dos años, si no aparece el dueño, me será devuelto el objeto, o
en este caso el dinero.
¿Y Usted que hace aquí?,
¡ya se puede ir a controlar la cola de nuevo!...!Y la puerta!
Apuntó todos los
números de la serie de los billetes y me dio un papel, un triste papel sin más,
ninguna letra más. Pregunté por qué no había papeles de buena conducta en una
comisaría tan importante, en los tiempos que corren a veces hace falta…. El
señor comisario me miró y no me contestó.
En cuanto me bajo me
pongo a la cola, pero en el mismo lugar donde estaba antes.
—La cola
termina allí, señor. Y me indica con el dedo estirado (como si fuera el
monumento a Colón) el final de la cola.
—Sí, ya lo
sé, pero yo estaba aquí, usted me ha sacado para que subiera arriba, usted
també ha subido conmigo y ha dejado la puerta y la cola.
—Mire, si
no quiere ponerse al final de la cola, váyase, però aquí no puede estar.
—Claro que puede estar aquí?, yo no me
voy!. Claro que no se va!!! (dijeron las personas que habían visto todo) Y me
quedé allí.
Siempre he sido honrado,
pero en aquella ocasión pensé durante los dos años de espera que había hecho
mal. Aquel dinero creo que era mío, y una de dos, o se los quedarían en la
comisaría (solo unos números de la serie en un papel sin más, no es nada,
¿verdad?) o bien en Objetos Perdidos del Ayuntamiento. Pero que yo no los vería
más, seguro, y que si no es por el policía, ese dinero me lo quedo. Otra cosa
hubiera sido si hubiera habido un nombre y dirección, lo que fuera. En este
caso sí que lo devuelvo sin lugar a dudas. En otra ocasión ya me pasó...
Le cuento a mi
hija, Regina, y me contesta por la pérdida, no por mi caso, ¡ostras, mira tú!
Hay quien dice que
son los "trasgos" quienes los hacen desaparecer, lo dice el primo de
nuestra madre, el de Gijón, aunque tal vez solo es que hay temporadas en que te
dispersas de manera especial con las cosas materiales.
Ya sabes, las
circunstancias, el tiempo... Yo que sé, el caso es buscar un culpable para la
distracción.
Yo misma ya hace tres
días que estoy buscando un zapato del verano pasado. Estoy a punto de desistir
porque no me queda ningún rincón del piso donde mirar. Dada como soy a
deshacerme de lo que es inservible seguramente habrá han ido en alguna bolsa
del reciclaje. Podría ser que el mismo lugar que la camiseta de algodón azul
del Marc, o un calcetín de la niña que no está en la lavadora.
— Pero hija, yo más que nada te cuento lo
que me pasó a mí, lo que ha perdido el dinero no lo conozco...
—Lo sé, pero no había que preocuparse ahora, si
acaso preocúpate a partir de los dos años.
Papa, un día me explicó
Humberto el primo de Asturias, que los "trasgos" se llevan muchas de
las culpas de las pérdidas del material casero y del dinero, y otros a medias
entre las creencias y la imaginación, son invocados cuando la búsqueda del bien
que se vuelve una misión imposible. ¡Ya verás! ¡Ya verás! Mira lo que dice: "Cinco
euros a San Antonio si me aparece el abanico". "Al
calvario subiste, el breviario perdiste, Jesucristo lo halló y tres voces te
dio ¡Antonio!, ¡Antonio!, ¡Antonio!, da tres pasos para atrás y al niño Dios encontrarás,
y tres cosas le pedirás: que lo perdido sea encontrado, que lo olvidado sea
encontrado y lo ausente que sea presente".
"San Cucufate, San Cucufate, te ato los
huevos al trapo. Hasta que no lo encuentre (nombras el Objeto
perdido) no dejes de nombrar el objeto por si lo
tiene guardado"
Dice que son
algunas de las letanías procedentes de la tradición, a las que nos
agarramos como un hierro candente ante la necesidad de localizar
algo.
—¡Vete a la porra, hija mía!
—Venga, vámonos, os invito a un suculento café.
— De
acuerdo, pero vuelvo enseguida que quiero pensar en todo esto.
—¿Y escribirlo, ¿también?
— ¡Sí
sé, sí!
—Mira papá,
la Mireia me enseñó a hacer este pastel
Toma, cómete un buen
trozo.
— Avi, (abuelo) he recibido un
correo del tiet (tio) Víctor, dice que la ciudad vieja de
Varsovia es un sueño, la misma que quedó
completamente en ruinas durante la II Guerra Mundial. Fue una reconstrucción
tan meticulosa la que le hicieron que la UNESCO que decidió darle el
reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad.
Y que
lloró mucho en la plaza
Bohaterów, la plaza principal del gueto donde se seleccionaba a los judíos que
iban a ser transportados a los campos de exterminio.
Lo ha recorrido de arriba abajo,
aunque ya la conocía, ya sabes que no ha salido en todo el año para ahorrar....
En
resumen, que me están cogiendo ganas de ir a mí también, antes del viaje de fin
de curso, però no creo que mis padres quieran ir en este tiempo, y en verano
tampoco, es muy caro para cuatro personas.
Pienso que igual
que nuestras piezas de ropa, y estas otras pertenencias materiales, se pierden,
si, se pierden…. Creo que muchas personas necesitamos perdernos de vez en
cuando, aunque volvamos deprisa para no dejar nuestro calcetín desparejado en
la lavadora.
Me viene a la memoria
una frase sobre estas otras pequeñas cosas no contables que se pierden por no
haber sabido protegerlas en el momento adecuado:
... ¿A dónde va el
deseo de ese abrazo si no llegas nunca a darlo?
Es verdad, ¿dónde están
tantas cosas que juramos un verano, cuanto teníamos quince
años? -pienso entre mí....
—¿Cómo podemos devolverle el tiempo al señor
rector que ha perdido el Oremus?
O el señor que ha
perdido los mejores años de su vida.
Un abogado que ha
perdido el juicio. Y también un jinete que ha perdido los estribos.
¿Una brújula que ha
perdido el norte?, ¿y una tubería que pierde agua?
¿A dónde va a
parar lo que perdemos?
Los valores. El
compás. La salud. Los besos robados. La memoria. El último tren. La esperanza.
Las oportunidades...Los besos que no dimos nunca.
Donde están los trocitos
de sonrisas y afectos. Las complicidades. Las miradas sinceras. Los
contactos fugaces. La música romántica de aquella noche de verano en
la playa…
Los "Te
quiero" que tampoco dimos a tiempo. Las lágrimas que se secaron en el
tarro que guardamos en el armario de los deseos. Aún recuerdo que un día
encontré al pie de un árbol del parque un trébol de
4 hojas. Lo guardé en el armario de los deseos por pedir. No tenía tiempo de
desear nada y el trébol murió, lo que no sé es si de pena, o se secó. Más bien
de pena, antes las lágrimas lo impedían, pero se secaron
en el tarro….
Y también la inocencia
y los sueños rotos. Las ilusiones perdidas.
Quizás no hay un lugar
físico donde encontrar todo esto, pero todo está en el país de las esperanzas,
del qué pasará mañana y el quizás Sí...
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada