La Corazonada.

 


 

 No podría asegurar si me ha llamado mi amiga Encarna o era una corazonada Casi nunca cojo el teléfono, pues a mí nunca me llama nadie. Pero hoy si. Hoy ha sido  como una premonición. 

Podía ser un espejismo  y  descuelgo...  


 
¿Hola Josep -Que puedo llorar? 

 
Si, eres mi preferida, claro que sí.  

Verás... Mi  terraza estaba hecha un asco. Había crecido todo el que no debía crecer y lo que debía crecer había sucumbido ante la fuerza de la naturaleza más salvaje.   

Me he pasado la vida cuidando aquello que deseé que perdurara y que creciera y, cuando he dejado de atenderlo,  ha muerte tragada por lo que no necesita ser cuidado. Todo estaba pleno de  matojos.  


Josep... El desagüe estaba atascado.  


—Josep... Un forzudo fontanero ha venido a desatascarlo. La reparación se ha alargado algo porque hemos acabado  tomándonos unas cervezas en la misma terraza. A las ocho de la noche todavía no estaba solucionado. 


Josep.  Le he dicho que se quedara, que podía pedir una pizza. Me ha caído bien. Él me ha explicado que tenía problemas con su mujer y yo hoy me sentía algo sola. No me había dado cuenta de esta sensación de soledad hasta que me he puesto hablar con el fontanero. La sola idea que él debiera marcharse me sumía en una profunda tristeza. No  he dudado ni un solo instante en proponerle un "pica.pica" aprovechando el buen tiempo y la tranquilidad de la tarde en la terraza. Y así, la tarde se ha convertido en noche.  


—Josep, Esto es el que tiene una buena conversación y una buena cerveza, que guardaba con celo para alguna ocasión especial. Lo he acompañado de una pizza  doble de queso, pero hoy hubiera profanado muy a gusto cualquier mandamiento con tal de no sentir este vacío que me come por dentro. La pizza no era muy grande, pero al menos me he llenado de pecado.  


—Josep. He abierto los ojos a las diez de la mañana. El fontanero dormía a mi lado. Es difícil expresar la sensación  que te invade cuando descubres en tu cama a un desconocido roncando como un energúmeno.  


Es difícil expresar la sensación  que te invade cuando descubres que estás desnuda y él también.  


Es difícil expresar la sensación  que te invade cuando descubres que no recuerdas absolutamente nada  


—Josep, Hoy estoy pintando las paredes de esta habitación como si intentara borrar el pasado a cada brochazo que doy. 


—Ostras.... Ahora no se si  Encarna me mira. o la corazonada  me sigue hablando.  


—Renovarse o morir Encarna.  


Y una ráfaga de aire hace que Encarna se balancee contenta.. Al menos ha desaparecido la sensación de soledad.


 —Josep, Me voy a la ducha a ver si desaparece también el fontanero... .  


—Buenos días, Josep. 


Buenas tardes , corazonada


Te estimo, Encarna.   

Comentaris

Entrades populars